Pol cogió el antiguo ejemplar con mucho cuidado, movió un poco los libros para que no se apreciase tanto que faltaba uno y bajó las escalerillas. Se sentó en el rincón.
Las tapas eran de cuero marrón oscuro, posiblemente oscurecidas también por el paso de los años, y en letras doradas el título "Elfos, sílfides y criaturas mitológicas". Lo abrió vigilando que no se estropease y leyó la primera página, de un color amarillento, escrita con una caligrafía cuidada y antigua:
"A quien lea este libro, que tenga presente que todo lo que en él hay escrito es bien cierto y es fruto de mis años viviendo solitario en mi vieja cabaña. No importa dónde estoy, sea aquí o sea allí, os aseguro que los elfos y las sílfides existen..."
Pol levantó la vista y se sintió aliviado, emocionado y preocupado, todo a la vez.
- Sabia que no me lo había imaginado -murmuró para si mismo, y continuó leyendo, emocionado por el descubrimiento y preocupado por lo que todo ello podría significar.
Avidamente, buscó la parte donde se hablaba de los elfos, no tenia mucho tiempo,