Necesitáis:
Lomos de salmón
Azúcar
Sal
Eneldo
Cogemos un recipiente donde quepa el salmón que vamos a preparar y hacemos un manto de sal y azúcar mezclado a partes iguales (tanto de azúcar, tanto de sal), depende de la cantidad de salmón que vayáis a usar, luego le añadís una capita de eneldo. Colocáis el salmón encima y lo cubrís con otra capa igual que la dispuesta en la base, es decir, igual de azúcar, igual de sal y bien cubierto de eneldo. Ahí lo tenéis. Ahora hay que dejarlo reposar entre 24 y 48 horas, en realidad yo lo suelo marinar por la mañana y nos lo tomamos por la noche, pero eso ya va al gusto de cada uno. Cuanto más tiempo, más "cocido" queda. Veréis que con el jugo que suelta el pescado y el adobo, va formándose una especie de jarabe, lo vais eliminando.
Una vez pasado el tiempo deseado, pasáis el salmón bajo el agua para limpiarlo, luego le podéis añadir un poquito de eneldo si queréis, yo no lo hago. Yo cojo los lomos y los corto en tiras, más finas o más gruesas (al gusto). Como lo sirvo:
A veces tal cual en un plato (os pongo fotos) y se lo van comiendo encantados. Otras veces:
Compro tostaditas pequeñas, las unto con queso en crema (tipo Philadelfia) pongo el salmón encima y luego un chorrito de miel. La miel sola no les gusta nada pero así: no acabarían nunca de comer!
El contraste de sabores es ¡exquisito! y... nada difícil de hacer. De cara a las Fiestas Navideñas es un plato estrella, éxito asegurado.
Cuantas menos horas pase aliñado, más crudo está |
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