miércoles, 7 de junio de 2017

EL VIEJO BAUL (3ªPARTE)

Pol cogió el antiguo ejemplar con mucho cuidado, movió un poco los libros para que no se apreciase tanto que faltaba uno y bajó las escalerillas. Se sentó en el rincón.

Las tapas eran de cuero marrón oscuro, posiblemente oscurecidas también por el paso de los años, y en letras doradas el título "Elfos, sílfides y criaturas mitológicas". Lo abrió vigilando que no se estropease y leyó la primera página, de un color amarillento, escrita con una caligrafía cuidada y antigua:

"A quien lea este libro, que tenga presente que todo lo que en él hay escrito es bien cierto y es fruto de mis años viviendo solitario en mi vieja cabaña. No importa dónde estoy, sea aquí o sea allí, os aseguro que los elfos y las sílfides existen..."

Pol levantó la vista y se sintió aliviado, emocionado y preocupado, todo a la vez.

          - Sabia que no me lo había imaginado -murmuró para si mismo, y continuó leyendo, emocionado por el descubrimiento y preocupado por lo que todo ello podría significar.

Avidamente, buscó la parte donde se hablaba de los elfos, no tenia mucho tiempo,
así que había que aprovecharlo.

          - Aquí! -dijo en voz baja mientras detenía el dedo en una página.

"He podido hacerme amigo de uno de ellos. Le gusta la música y se dejó ver por primera vez un anochecer que estaba yo tocando mi flauta, tranquilamente apoyado sobre el grueso tronco de un roble. Su nombre es Orodraug, que significa Lobo Noble, y hemos seguido encontrándonos. De él he aprendido muchas cosas de su raza. Cuando me oye tocar la flauta siempre viene a escucharme pero también me enseñó unas palabras para poder llamarlo. Viven en comunidades y no se dejan ver por los humanos, aunque habitan los mismos bosques, son rápidos y si dejó que yo lo viese fue porque llevaba muchos días vigilándome. Comprobó que clase de vida llevaba antes de contactar conmigo, son muy cuidadosos con su intimidad y no se fían de nosotros, los humanos.
Los elfos tienen una serie de poderes que nosotros ni pensamos que los pudiésemos desarrollar (él dice que sí). Tienen poderes telepáticos y cuando pronuncio las palabras que me ha enseñado, aunque sea interiormente, él lo percibe y viene.
Adoran la música y el canto e inventan sus propias melodías con los instrumentos que ellos mismos fabrican, cualquier celebración está bien acompañada por su música.
Se comunican con los animales e interactuan con los elementos naturales. Son expertos preparando pociones curativas hechas con plantas y combinándolas con esos elementos..."

Pol no se dio cuenta del tiempo que había pasado leyendo hasta que Nil, a quien no había ni visto acercarse, le tocó el brazo.

          -Mi tío no tardará en bajar -le dijo-, has estado de suerte que no te ha pillado, anda, deja ya el libro.

Pol se levantó rapidamente con la cara encendida de tan emocionado que estaba, se subió a la escalerilla y dejó el libro bien puesto para que no se notase que lo habían sacado, mientras le decía a Nil que tenía un montón de cosas que explicarle. Justo bajar el último escalón, vieron que Pedro ya estaba allí.

          -¿Que hacéis chicos? -preguntó dando un vistazo a la pequeña escalera.

          -¡Nada, nada! -respondió Pol rápido- Quería leer los títulos de los libros de las estanterías altas. Ya sé que nos has dicho que no los podíamos tocar -continuó como si nada- pero los títulos si que podemos verlos, ¿no? -preguntó inocentemente.

Nil se quedó tan azorado que no le salió ni media palabra, pero Pedro sonrió:

          -Tendrá que ser otro día, hoy ya os marcháis -y tocando el hombro a Nil le dirigió la mirada-, mamá ya ha llegado. Como no habéis subido, me imagino que habéis encontrado libros chulos...

          -Si, si... ehem -dijo Nil- ¡y tanto!

Subieron las escaleras hacia la parte principal de la tienda. Pol sonreía por debajo de la nariz mientras seguia repitiendo mentalmente las palabras que no queria olvidar...

Libreria La Llopa (Calella)


Fueron todo el camino de vuelta susurrando y anotando cosas como podian, mientras la mamá de Nil daba algún vistazo por el retrovisor y sonreía, contenta de verlos tan animados.

Era el mes de junio y al dia siguiente no tenian cole, así que pidieron a sus madres si podian dar un paseo hasta el bosque de la calle de arriba.

          -¡Vaaaa, porfaaa! -pidieron- Aún falta un rato para cenar y todavía es de día.

Angela y Marta se miraron y después volvieron a mirarlos a ellos:

          -No tienen nunca suficiente, este par.

          -No. Y no sé que se llevan entre manos porque no han parado de hablar en susurros todo el camino de vuelta.

          -¿Nosotros? ¡Jajajaja! -se rió Pol- Queremos seguir hablando de los libros.

Sus madres los dejaron ir a dar el paseo pero a las nueve tenían que estar de vuelta en casa. Tenían una horita.

Pol andaba rápido pero Nil le seguía el paso sin problema. Eran muy buenos amigos, generalmente iban a una pero cuando no era así, Nil acostumbraba a ceder.

          -¿Estás seguro de esto? -preguntó.

          -Tiene que funcionar. Yo sé lo que vi y en el libro ponía que los elfos existen. ¿Que podemos perder por probar?  ¿Tienes miedo? -añadió Pol mirando a su amigo.

          -¡Hombre!.. Miedo no, pero no sé... -se encogió de hombros- Da cosa, ¿no?

Pol se sacó del bolsillo el papel que habían escrito por el coche con aquellas palabras que no quería olvidar y lo releyó mentalmente mientras Nil alargaba el cuello para verlas.

          -¿Ya sabrás pronunciarlo? ¿Ya sabes qué significa? ¿Ya sabes...?

          -No sé nada, Nil -cortó Pol el alud de preguntas.

Llegaron al final de la calle y entraron en el bosque por la zona de cortafuegos que el ayuntamiento había limpiado. Se adentraron más allá, fuera de la vista de cualquier vecino que pasease por allí y cuando les pareció que ya no se les podía ver desde fuera, se agacharon.

          -Va, Pol, va, empieza -ahora era Nil quien quería escuchar las palabras.

Pol abrió la mano y estiró el papel doblado. Empezó a leer las palabras tal como las había apuntado. El autor del libros había escrito la traducción bajo la frase:

          -Meldonya Orodraug, muilelya yéva muina entula rato hantalë!

Y ambos aguantaron la respiración y miraron alrededor. Nada se movió ni apareció nadie.

          -¿Que has dicho que significaba, en teoría?

          -Es una especie de saludo y agradecimiento... ¿como era? ¡Hum! "Amigo mio, Orodraug, tu secreto estará escondido, vuelve pronto, gracias" Ya te lo he dicho antes, Orodraug era el nombre de su amigo y significa Lobo Noble.

Siguieron mirando pero nada. Se sentaron sobre un tronco caído y siguieron comentando lo que Pol había leído. Pasaron bien bien diez minutos y ya ni estaban alerta de si veían u oían algo, charlando y tirando piedrecitas.

          -¿Man nálye?

El susto que se pegaron al escuchar la pregunta les hizo caerse del tronco. Miraron hacia el lugar de dónde procedía la voz, detrás de donde habían estado sentados y se quedaron boquiabiertos, literalmente...

Copyright: Sílvia S. Clapés
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