viernes, 19 de mayo de 2017

EL VIEJO BAUL (2ªPARTE)

Fueron pasando los días pero Pol no podía sacarse de la cabeza el elfo y la niña. No podía creer que hubiese sido un sueño pero sus amigos le decían que eso no podía haber sucedido. De vez en cuando, con un poco de temor, bajaba al trastero y empezaba a revolver dentro del baúl...

SR. PICKS
Tan preocupado estaba, que Nil le propuso
ir un día a la librería donde trabajaba su tío, él iba a veces y se pasaba toda la tarde leyendo. Había libros muy chulos. Su tío le había explicado que algunos de esos libros escondían la magia de quienes los habían escrito pero él nunca los había visto, en cambio, seguro que encontrarían libros sobre elfos. Pol aceptó en seguida.

La madre de Nil habló con la de Pol y quedaron que pasarían a buscarlo a las cinco para ir a la librería, en Calella, los dejaría con su hermano y ella aprovecharía para hacer unos recados. Primero, la madre de Pol dijo que le sabia mal que estuviesen allí toda la tarde, que quizás era un compromiso para su hermano pero la mamá de Nil la tranquilizó, su hermano se llevaba muchas veces al peque porque le gustaba que estuviese allí leyendo, era un buen hábito y le había gustado la idea de que trajese a un amigo: "Así se pegan los hábitos" -le había dicho.

          -Jajaja! -rió la madre de Pol- De acuerdo entonces, si a tu hermano no le sabe mal, adelante.

          -No te preocupes, tienen una zona con libros de segunda mano ordenados por edad donde ellos podrán buscar y leer, los libros nuevos no los tocan.

Y así fue como, a las cinco de la tarde, Pol estaba encantadísimo subiendo al coche de Nil.

          -Muy bien, Pol! -lo felicitó la madre de Nil-, has sido muy puntual.

          -Gracias -respondió él-, en realidad ya hace media hora que estoy listo.

          -Es verdad -sonrió la madre de Pol por la ventanilla del coche-, ésta visita lo tiene emocionadísimo, muchas gracias Angela -y dirigiéndose al asiento trasero terminó- que lo paséis muy bien y sobretodo...

Pol acabó la frase por ella:

          -Cuidad bien los libros y portaos bieeen... ya me lo has dicho, mama -le lanzó un beso con la mano- Adióssss!

Las mamas se miraron y se sonrieron:

          -Adiós, adiós -Marta movió la mano en señal de despedida mientras se apartaba del coche que ya arrancaba.

Por el camino, Nil, muy orgulloso de poder informar a su amigo, le explicó que su tío trabajaba en la librería desde hacia muchos años. El señor Bartomeu, el propietario, siempre le decía que su tío era como un hijo para él y estaba muy contento de que llevase a su sobrino.

Aparcaron al lado del Mercado de Calella y bajaron paseando por la calle de Sant Joan hasta la La Llopa, la conocida librería donde trabajaba Pedro, el tío de Nil.

Pol no había estado nunca allí y se quedó boquiabierto cuando vio la cantidad de estanterías llenas de libros que ocupaban las paredes de la tienda. No esperaba que fuese tan grande y se quedó impresionado. Mientras buscaban a Pedro, pudo ver que había toda clase y medidas de libros, cómics, figuras...

          -Allí mamá -señaló Nil.

          -Hola Pedro, ya estamos aquí -saludó Angela.

          -Hola, hola -Pedro sonrió y despeinó a su sobrino-, bienvenidos a La Llopa. Así que tú eres el amigo de Nil -saludó enseñando la palma de su mano para chocar los cinco.

          -Hola -respondió Pol, chocando a su vez.

          -Bueno, pues aquí te dejo a los chicos, voy a mirar aquello que te comenté.

          -Ningún problema -contestó Pedro moviendo la cabeza y las manos-. Ahora los acompañaré a la zona más mágica de nuestra tienda, aquella reservada a los lectores más especiales -y les guiñó un ojo.

Angela sonrió, dio un beso a los niños y se marchó. Pedro los condujo hacia una escalera al fondo de la tienda mientras les iba explicando:

          -Dentro de un rato, empezarán a entrar clientes, Nil ya lo sabe pero te lo explico, está absolutamente prohibido salir de la tienda. Cualquier cosa que necesitéis me buscáis y si estoy atendiendo, esperáis cerca a que termine. ¿De acuerdo?

Los chicos asintieron con la cabeza.

          -No hace falta recordaros que los libros son tesoros, sean nuevos o antiguos, y hay que tratarlos con cuidado -iba explicando mientras los guiaba por unas escaleras que bajaban a otra sala- Nil me ha dicho que quieres ver libros fantásticos sobre elfos y otras criaturas, es así?

          -Si -asintió Pol.

          -De acuerdo. Os enseño donde podéis encontrarlos. Pensad que son libros muy especiales, antiguos. Podéis mirar los que están en las estanterías más bajas, los de arriba no se pueden tocar. ¿Entendido?

Nuevamente asintieron. Pol estaba maravillado. Aquella enorme sala conservaba un aspecto antiguo, las estanterías eran de vieja madera, nada que ver con las rojas y negras de arriba, además, se respiraba una mezcla de papel y madera que no había olido nunca en ninguna otra librería. Aspiró para llenar su nariz con ese olor, era muy sensible con los olores pero ese le resultaba agradable.

Pedro lo miró.

          -Me cae bien tu amigo, Nil. Estoy seguro que puedo confiar en vosotros, se nota que también le gustan los libros y solo así se puede apreciar el valor de esta sala. Aquí tenéis las estanterías que os interesan -las señaló y luego se volvió hacia la escalera-. Vuelvo arriba, si me necesitáis venid a buscarme.

          -Gracias tío!

          -Gracias -agradeció también Pol.

Cuando Pedro ya subía las escaleras, los niños se giraron y miraron la estantería que les habían indicado.

          -¿Y ahora qué? -preguntó Nil- ¿Por dónde empezamos?

Pol miraba arriba y abajo, ¡era fantástico! ¿Empezar? ¡Pues busquemos elfos! -dijo sin apartar la vista de los libros.

Fueron repasando los títulos y cogió uno que simplemente se llamaba "Elfos", lo abrió y lo hojeó, había dibujos pero ninguno que se pareciese al elfo que él vio. Lo dejó en su sitio y siguió mirando. Otro que se llamaba "Elfos o duendes", también le echó un vistazo, leyó un poco sobre las diferencias entre unos y otros pero también lo dejó.

Sus ojos subieron hasta una de las estanterías que Pedro les había advertido que no se podían tocar y se le clavaron en el lomo de un libro grueso, encuadernado en piel marrón oscura y escrito en letras doradas: "Elfos, sílfides y criaturas mitológicas". Tenia que verlo. Estaba seguro de que allí encontraría alguna cosa que le ayudaría a descubrir qué le pasó aquel día en el trastero.

Miró a su alrededor y encontró una pequeña escalerilla que servía para lo que él necesitaba. Con cuidado la acercó hasta donde tenía que subirse. Nil lo vio:

          .¿Qué haces? ¡Estos no podemos leerlos! -le dijo en voz baja sujetándolo por el brazo- Nos lo ha dicho mi tío.

          -Shht! -respondió Pol- Ve a leer un poco más para allá, como si no me hubieses visto -y viendo la cara de Nil, añadió- Por favor, estoy seguro de que en este libro encontraré alguna respuesta. Yo me llevaré la bronca si me pillan...

Nil lo soltó con cara de resignación:

          -Está bien... es cosa tuya... yo no sé nada. Si no, no me dejaran volver.

Y se fue al otro lado de la sala, donde estaban los libros que a él le gustaban, cogió uno pero pon encima de las hojas iba observando a Pol, que poniéndose de puntillas, había llegado al libro que quería y ya bajaba de la escalerilla...

CONTINUARÁ.....

Quiero agradecer desde aquí a mi ilustrador favorito, este elfo que refleja perfectamente lo que tenía dentro de mi cabeza. ¡Muchas gracias, Adrià! Moltes gràcies, Adrià!

Propiedad escrito: Sílvia S. Clapés
Propiedad dibujo: Adrià Ojuel

Os recuerdo mi página de facebook: "el cau de les històries" de Sílvia S. Clapés







     

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