Hace unas semanas fuimos a comer a un local dónde nos pusieron un pollo al ajillo con patatas para chuparse los dedos. Impaciente, en cuanto tuve ocasión lo probé en casa...
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| Ahí lo tenéis, doradito y delicioso |
¡mmm, qué bueno quedó! Ya me están diciendo que lo vuelva a hacer, así que para la próxima semana ya tengo un plato solucionado.
A ver, el secreto de este pollo al ajillo está en cortarlo muy pequeñito, así queda crujiente y sabroso. Yo me lo corto en casa pero podéis pedir a la dependienta que os lo corte bien pequeño, es decir, le pedís que lo corte a octavos (de cada cuarto de pollo hacen dos) y cada uno de los trozos que quedan aún se cortan una o dos veces. La pierna pues en dos, el entremuslo en tres, las alitas solas y en dos trozos, las pechugas en tres. También depende de lo grande que sea el pollo, si es pequeño seguramente valdrá con dos trocitos de cada parte. Han de quedar trocitos pequeños pero no desmenuzados.
INGREDIENTES: (para 5-6 personas)
1 pollo cortado
Ajos (mínimo 3)
Perejil
Patatas
Aceite
PREPARACION:
En una cazuela calentamos aceite y doramos el pollo. Mientras se va dorando, pelamos las patatas, en casa gustan mucho así que calculo una mediana por persona. Las corto y las frío (patatas fritas). Antes de que queden doraditas las retiro y las reservo.
Corto los ajos a daditos (o como queráis) y los tengo preparados, el perejil picadito.
Volvemos al pollo, le echamos la sal, cuando empieza a estar dorado, añadimos el perejil y los ajos, los dejamos que tomen color, si hace falta añadimos aceite y cuando esté caliente echamos con cuidado las patatas. Tapamos y dejamos que se acabe de hacer.
¡Listo para servir! Preparad pan porque os va a hacer falta. BUEN PROVECHO
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